Hoy día, y a pesar de que existen servicios de almacenamiento en la Nube que eliminan el tener que usar un elemento de almacenamiento físico, la memoria USB sigue siendo uno de los dispositivos más usados en el mundo,. Aunque tienen su peculiaridad.
Y es que suele pasar muy a menudo, aunque lo usemos a diario, eso de ir conectar el lápiz USB al PC, a la TV, a una consola o al dispositivo que sea, y darnos cuenta de que está el revés, no entra, y por tanto debemos darle la vuelta y colocarlo bien. Es prácticamente una paradoja en sí misma. ¿Nunca os habéis parado a pensar la razón de esto? Pues es curiosa, es de tipo económico y además no es culpa nuestra, sino de su propio creador
Ajay Bhatt, uno de los ‘padres’ de la tecnología USB que estaba en el equipo Intel que creó el estándar, señala que “el principal fallo del USB era que al conector no se le podía dar la vuelta“, alegando que lo hubieran hecho de la manera en que pensaban, sin importar que el USB estuviese de un lado o de otro ya que conectaría igual, “habría sido mucho más fácil […] Pero era un problema de complejidad“. Y es que hacer un conector por ambas caras habría sido más caro de producir, algo delicado teniendo en cuenta que la tecnología USB no estaba establecida, sino que estaba naciendo y tenía que ser fiable y económicamente viable.
"Si tienes unos costes muy altos en una tecnología que está en pruebas, ésta podría no haber despegado siquiera. Así que ese era nuestro miedo”, motivo por el que la dejaron tal y como llevamos décadas usándola. Y lo curioso es que aunque obviamente cosas como la velocidad de transferencia y los volúmenes de datos han aumentado, y ya estamos en el estándar USB 3.0, siguen sin cambiar la tecnología física en sí, y por tanto tendremos que seguir batallando cada vez que conectemos una memoria o un cable de carga por USB y veamos que nos hemos equivocado. Aunque como vemos, fue culpa del presupuesto y no de nuestra torpeza.